Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. [Efesios 3.20-21]
¿Cómo se verá nuestro ministerio al estar cumpliendo con nuestra Visión de transformar a las personas en seguidores de Cristo? Aquí, quisiéramos compartir nuestros sueños para esta iglesia. Lo que sigue es lo que vemos en el futuro cuando pensamos un nuestra iglesia funcionando a capacidad para cumplir con la Misión que Dios nos ha dado.
Queremos traer personas a Cristo…
- Queremos ser evangelistas. Queremos ir a donde están los pecadores inconversos para compartir con ellos el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
- Queremos “magnificar la Ley de Dios y engrandecerla” (Isa 42.21) porque es el “ayo” (el ayudante y educador; Gal 3.24) que llevará a los pecadores al arrepentimiento y a la cruz de Cristo Jesús para su salvación por gracia, por medio de la fe.
- Así que, queremos predicar la cruz de Cristo en donde sea para sembrar la semilla del evangelio en los corazones de los hombres, confiando en que Dios dará el crecimiento a Su tiempo y conforme a Su perfecta voluntad.
Queremos añadir miembros a nuestra iglesia…
- Queremos añadir miembros a nuestra iglesia de una manera “saludable.”
- No nos importa tanto ser una iglesia grande, pero sí queremos ser una iglesia saludable. Esto quiere decir que queremos llenar nuestra iglesia de verdaderos convertidos. Y esperamos también que estos nuevos cristianos tengan hambre y sed de justicia, para seguir creciendo en la gracia y en el conocimiento del Señor para poder servirle a Él en la misión de rescatar más almas mientras que estemos aquí sobre la tierra (2Ped 3.18; 2Ped 1.5-8; Mat 4.17-19).
Queremos lograr la madurez en Cristo…
- Queremos una iglesia dedicada a la enseñanza práctica y profunda de la Biblia, para darle a la gente lo que necesita para crecer espiritualmente y lograr la madurez en Cristo Jesús.
- Queremos desarrollar la próxima generación de líderes que Dios usará para cambiar este mundo a través de la predicación de la cruz (para la gloria del Señor Jesucristo).
Queremos ministrar, cada uno conforme a su diseño divino…
- Queremos ver a cada miembro ministrando. Creemos que Dios nos ha creado de nuevo en Cristo Jesús como miembros de Su Cuerpo. Cada miembro tiene una actividad propia que hace mejor que los demás miembros en el cuerpo (Ef 4.16).
- Queremos ser un centro de entrenamiento para ayudarles a los miembros a encontrar su actividad propia y para equiparles para llevarla a cabo.
- Queremos que cada miembro sirva conforme a su diseño divino (según la combinación de su personalidad, sus talentos, sus dones y sus pasiones piadosas).
- Queremos movilizar a toda la congregación al servicio activo en todas las áreas de la vida, cada uno sirviendo conforme a su diseño único: enseñando la Biblia uno-a-uno, desarrollando un grupo pequeño, ayudando con el mantenimiento o administración de la iglesia, aconsejando a otros, supliendo necesidades físicas, desarrollando ministerios creativos e innovadores para alcanzar a los que necesitan oír las buenas nuevas de Cristo Jesús y la verdad de la Palabra de Dios.
Queremos ser “misioneros a nuestra metrópoli”…
- Creemos que Dios quiere que cada cristiano sea un “misionero”–alguien enviado para alcanzar a los que no tienen a Cristo en este mundo.
- Queremos ver a cada miembro dedicarse a la tarea de “buscar y salvar a los perdidos”. Creemos que la manera bíblica y efectiva de hacer esto es predicar la Ley de Dios para crear en la mente del pecador un conocimiento del pecado personal (Rom 3.19-20; 5.20; 7.7-9) y después anunciar las buenas nuevas del perdón de pecados y la vida eterna en la Persona y la obra del Señor Jesucristo (Rom 3.21-26).
- Queremos que cada uno, aquí o allá en el extranjero, procure “evangelizar para hacer discípulos” (Mat 4.17-18) y “discipular para hacer evangelistas” (Mat 4.19).
- Sabemos que el poder para salvar viene de Dios y se manifiesta en la predicación de la cruz (1Cor 1.18, 21, 26-31), entonces queremos anunciar la cruz de Cristo por todos lados y de cuantas maneras que podamos (predicando al aire libre, testificando en la calle, hablando con amigos y familiares, repartiendo tratados, distribuyendo literatura bíblica, etc.). Cuanto más semilla sembramos, más fruto veremos porque Dios quiere dar crecimiento (pero si no sembramos semilla, no veremos ni crecimiento ni fruto